Ingresiva la erección de mi palabra,
alzo al viento escoplos amartillados,
mermo la reja que encierra
la eterna lucha contra mi.
Anclada mi vida a versos y
a formar frases afortunadas,
desprecio palabras que frenan
de mis posibilidades optativas
con vergonzoso desamparo.
Abotargada mi moral escéptica
la senda tuerce y pierde el fin.
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